sabato 16 gennaio 2010

BASE DEL COMPORTAMIENTO


“Fundada en la misma naturaleza humana y accesible a toda criatura racional, la ley moral natural constituye la base para entrar en diálogo con todos los hombres que buscan la verdad” ha manifestado el Papa Benedicto XVI a los participantes en la reunión plenaria de la congregación para la Doctrina de la fe.

Nuestra casa estaba lista para colocar el techo luego de comer. Inmediatamente terminada la comida regresamos para continuar el trabajo. Sorpresa!. Mi papá dice, “creo que los cimientos se han caído, no los veo”. Dicho y hecho. El albañil explicó la causa: Las bases de la construcción, piedra y barro, habían estado húmedas. Este recuerdo personal de niño, me ha ayudado a tener una conclusión en la vida: construir sobre una base solida.

Los fundamentos de una construcción no se ven a simple vista, pero mantienen alto el edificio. Esto que parece banal, se aplica también en la vida moral de la persona. Así como es indiscutible el principio universal “el todo es mayor que la parte”, la ley moral natural constituye la base para edificar la moral del hombre y la mujer en toda sociedad.

Un acuerdo común en temas como, el valor de la vida humana, la dimensión relacional y social de la persona, la dignidad de la sexualidad humana, la centralidad de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer; son principios fundamentales que pertenecen al patrimonio natural de la humanidad, o mejor, están inscritos en el corazón de todo hombre y de toda mujer, independientemente de su cultura.

El paso del tiempo carece de la capacidad para cambiar la moral natural. Si pretende hacerlo sucederá como la construcción de la casa, caerá temprano o tarde. Nuestra propia conciencia, albañil experto, conduzca la edificación más importante de nuestra vida: el modo de comportarnos, haciendo el bien y evitando el mal.

mercoledì 6 gennaio 2010

BÚSQUEDA Y ENCUENTRO


“Los hongos comestibles se encuentran si uno los busca con pasión, por esta misma razón, para mí los hongos hacen referencia al Divino Creador, porque se encuentra a Dios después que se le busca”. Sonriente y con una mirada que suscita curiosidad, Giovanni Battista Pastorino, sacerdote incardinado en la diócesis de Génova, exterioriza su alegría contagiosa inmediatamente después de haber encontrado un hongo comestible. Después, mientras se inclina para coger el hongo, me dice: “Un día los he llevado como regalo al cardenal Bertone y no tengo duda que los haya invitado al Papa Benedicto XVI.”

Con motivo de la fiesta de la Epifanía, el Santo Padre en el rezo del Ángelus ha resaltado: “La estrella y las Sagradas escrituras fueron las dos luces que guiaron el camino de los Magos, los cuales aparecen como modelos de los auténticos buscadores de la verdad”. Estas palabras recuerdan a San Agustín de Hipona, padre y doctor de la Iglesia, buscador incansable de la verdad haciendo uso de su brillante inteligencia y profunda fe. Su pasión por encontrar la verdad y la felicidad, fue el motor de su búsqueda coherente. Búsqueda personal mediante el ejercicio de la razón y la fe “Creo para entender, entiendo para creer”, sin prejuicios, sin miedo.

Como todo el que busca encuentra, Los magos encontraron el niño Jesús, se postraron ante él donándole lo mejor de sus regalos. San Agustín encontró a Dios y le ofreció el don personal de su existencia, cambiando su estilo de vida. Este es el camino que han recorrido quienes de verdad han buscado a Dios, en la ciencia o en su trabajo profesional, o simplemente como Giovanni Battista Pastorino, en el hobby de su vida personal.

sabato 12 dicembre 2009

DERECHOS HUMANOS ¿QUÉ ESTOY HACIENDO?



"Defiende del derecho de todos, el derecho a vivir, el derecho a la instrucción, el derecho de asociación, los derechos de todas las minorías", fueron las palabras del Secretario de Estado Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, en una entrevista para un documental realizado por la cadena árabe Al Jazeera en colaboración con el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales.

Como es de conocimiento, en 1948 se da la Declaración Universal de derechos humanos para asegurar que las atrocidades cometidas en la segunda guerra mundial nunca más vuelvan a suceder. En este contexto, el cardenal Bertone, hace bien en resaltar que la Iglesia “defiende el derecho de todos”. Pero, ¿Por qué defender los derechos humanos no obstante ya estén reconocidos?. La respuesta es sencilla, no es suficiente reconocerlos legalmente. Hace falta practicarlos. Son inolvidables las escenas en las que Madre Teresa de Calcuta, con su cándida voz suplicante decía: “ Estamos combatiendo el aborto con la adopción: cuidamos a la madre y adoptamos a su hijo. De ese modo hemos salvado miles de vidas. Hemos enviado comunidades a las clínicas, diciéndoles: "Por favor, no maten al niño, nosotros nos haremos cargo de él". Hoy más que nunca, como la tierra sedienta en el verano, necesitamos ser de este grupo de personas.

Alguno me dirá: claro Madre Teresa de Calcuta siendo religiosa le fue fácil vivir todo eso; pero yo que soy un ciudadano como cualquier otro, se me hace más difícil. Además, se requiere formar parte activa de la Iglesia siendo cura o monja y haber alcanzado una edad adulta. Quieres saber ¿cuál sería mi respuesta? Nada de lo que dices es verdad. Pongo un ejemplo de nuestros días: un joven católico filipino con solo 28 años de edad ha sido elegido héroe del año por la CNN debido a que lidera una iniciativa personal para salvar niños de la delincuencia a través de la educación. Las palabras de Juan Pablo II: "cuando se acepta sin reaccionar la violación de uno cualquiera de los derechos humanos fundamentales, todos los demás están en peligro", invitan a defenderlos siempre.

sabato 5 dicembre 2009

¿SER TRIGO O CIZAÑA?

“Es necesario que nosotros los periodistas dejemos de presumir y aprendamos a ser un poco más sinceros según una medida menos mezquina de lo humano”, había escrito Dino Boffo en su carta de dimisión como director de avvenire y Sat 2000, dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Italiana cardenal Angelo Bagnasco, luego de haber sido víctima de un calumnioso ataque del director de il giornale, Vittorio Feltri. Ahora, luego de tres meses, Vittorio Feltri, reconoce de haber errado: “la reconstrucción de los hechos descrita en la nota informativa, hoy puedo decir, que no corresponden al contenido de las actas procesuales”.

Prácticamente se había presentado una calumnia como noticia. Dino Boffo fue acusado de comportamiento homosexual en términos que no dejaban lugar a duda. Sin embargo, el comportamiento de Boffo viene reconocido digno y coherente de parte de sus jefes de trabajo y de las personas que en su momento supieron reflexionar acerca de la verdadera intención que se encontraba detrás. Finalmente, la verdad una vez más sale a la luz; pero esta vez de labios del propio acusador. Todo fue mentira!. Un aprecio hacia la actitud mostrada durante todo este tiempo por parte del acusador hacia su acusado: “Boffo ha sabido esperar no obstante todo lo que se dijo y se escribió, teniendo una actitud sobria y digna, que no deja de suscitar admiración”.

Como se distingue el día de la noche y el frío del calor, así se distinguen las personas de buena voluntad de las mal intencionadas en toda profesión y ambiente social. Así como no se puede construir un castillo en el aire, es imposible que una persona buena, con una conducta probada – un periodista – se degrade en un instante; esto vale también en sentido contrario. Una persona inmersa en un estilo de vida perverso, a causa de un impulso de bondad (o conveniencia), llegue a ser virtuosa por un solo acto bueno. “El trigo y la cizaña crecerán juntos”, lo había dicho Jesús con sabiduría divina, para advertir que el bien y el mal son inconfundibles. A mí y a ti nos queda ser trigo o cizaña, con el propio estilo de vida haciendo uso de nuestra libertad personal.

domenica 29 novembre 2009

ENSEÑANZA MORAL DEL PONTIFICE


El Papa Benedicto XVI, recibiendo en audiencia pontificia a las presidentas de Argentina y Chile, Cristina Fernández y Michelle Bachelet, ha recordado el 25 aniversario del tratado de paz entre ambos países latinoamericanos con mediación del Papa Juan Pablo II en la persona del cardenal Antonio Samoré. “Chile y Argentina no son sólo dos naciones vecinas sino mucho más: son dos pueblos hermanos con una vocación común de fraternidad, de respeto y amistad, que es fruto en gran parte de la tradición católica que está en la base de su historia y de su rico patrimonio cultural y espiritual”.

Como latinoamericano y peruano de nacimiento, heredero del patrimonio espiritual, me es imposible permanecer indiferente ante las palabras del pontífice. En efecto, en Latinoamérica se percibe una común identidad en base a la lengua - a excepción del Brasil- y una común herencia, la fe católica. Con razón, el Papa Juan Pablo II, la llamó “el continente de la esperanza”. Sin embargo, en la era de la globalización, los temas morales incompatibles con el patrimonio espiritual como son, la eutanasia, el aborto, la píldora RU486 más conocida como la píldora del día siguiente, amenazan fuertemente la vida y la conciencia del hombre latinoamericano.

Si Chile y Argentina hace 25 años evitaron la guerra, ha sido gracias a la buena voluntad de sus autoridades que supieron acudir y acoger la mediación de la Iglesia católica. Todavía hoy resuenan con toda su energía las sabias palabras del Papa Pio XII, pronunciadas en el 1939 “nada se pierde con la paz. Todo puede perderse con la guerra”. Entonces, me pregunto, si las palabras del pontífice contienen una sabiduría que no hace daño al hombre y a la mujer, ¿por qué hoy no se quiere escuchar la voz del Pontífice en materia moral? ¿Quién o quiénes distraen la atención del oyente alterando el mensaje? ¿Qué interés hay detrás de todo esto?. Amigo lector, a ti quiero recordarte que la enseñanza del Papa en materia moral, no procede sólo de la razón o de la ciencia; su enseñanza procede del Hombre–Dios Jesucristo, para tu bien y el mío.

sabato 28 novembre 2009

EL PAPA Y LOS ARTISTAS




El encuentro del papa Benedicto XVI con 500 artistas en la capilla sixtina del Vaticano, manifiesta el gran aprecio que tiene la Iglesia católica por el arte e invita a los artistas de nuestra época a inspirarse en el “Autor de la Belleza” para que su artística no dure solamente un breve periodo de tiempo, sino pase a la posteridad. Muestra de ello, son las obras de Miguel Ángel, escultor, arquitecto y pintor italiano del renacimiento.
Cuando uno tiene la oportunidad de visitar el vaticano, o vivir en Roma por un periodo de tiempo, luego de mirar la cúpula de San Pedro, La Piedad, Moisés, las diferentes pinturas de la capilla sixtina - todas obras de Miguel Ángel - se pregunta ¿Quién inspiró al artista?. Uno admira no sólo la belleza presente en esas obras, sino también su fuente inspiradora. Pero ¿dónde está su fuente inspiradora? ¿Es posible que se encuentre sólo en la técnica del artista? ¿Es posible que se encuentre sólo en su inteligencia?. Como ya han pasado cuatro siglos de la muerte del grande Miguel ángel, es imposible obtener una respuesta suya; ¡sus obras!, ¡sí!, sus obras al mismo tiempo que suscitan la preguntan, manifiestan también la respuesta: LA BELLEZA. Si, para los católicos, la Belleza en plenitud y Dios se identifican. En este contexto transcribo literalmente las palabras del Papa Benedicto XVI dirigiéndose a los artistas en la capilla sixtina: “Es más, conmovedor, el mundo del espíritu, de lo invisible, de lo inefable, de Dios. En esto ustedes son maestros. Es vuestro oficio, vuestra misión; y vuestra arte es aquella de extraer del cielo del espíritu sus tesoros y revestirlos de palabra, de colores de formas, de accesibilidad”.
De lo dicho se percibe con claridad que el Papa Benedicto XVI, pastor supremo de la fe católica, quiere que los artistas escapen a la novedad del momento, escapen a la facilidad pasajera y generalizada de la “fama”. Esto vale no sólo para los artistas, vale también para mí y para ti. Esta invitación no causa daño a ninguno, al contrario, si lo practicamos tú y yo, aunque no lleguemos a ser un Miguel Ángel, tendremos la dicha de habernos empeñado en la búsqueda y consecución de la BELLEZA.

sabato 21 novembre 2009

DE GASPERI: POLÍTICO CATÓLICO


Robert Schuman, Alcide De Gasperi e Konrad Adenauer, han sido los tres padres fundadores de la Europa unida. “De Gasperi nos enseñó a rezar en los momento difíciles, pero fue un grande cristiano sobre todo porque nos dejó un claro ejemplo de una política entendida con ‘P’ mayúscula”, así lo recuerda Julio Andreoti en la revista internacional 30 giorni. La mujer y el hombre que se dedican a la política manteniendo su identidad cristiana, siempre hacen el bien, no obstante las dificultades de las circunstancias en las que les toque vivir. Seguramente para un político laicista, actualmente eso es imposible. Sin embargo gracias a la historia –maestra de la vida- recordamos la vida de personajes ilustres que han tenido la capacidad de mirar lejos, sin horizontes ni fronteras, distinguiendo y articulando lo pasajero de lo permanente, lo justo de lo injusto, lo bueno de lo malo, sin caer en engaños ni confusiones.

La Iglesia actualizando el Evangelio de su fundador Jesucristo, ha ido articulando sus enseñanzas en materia social. Julio Andreotti recuerda que “cuando de Gasperi hablaba a los jóvenes, organizaba sus discursos en referencia a la Doctrina Social de la Iglesia”. De Gasperi había percibido que los principios constitutivos de la Doctrina Social de la Iglesia, no van contra la libertad y la dignidad del hombre; por eso él fue uno de los primeros en practicarlo en su labor política. ¿Cuál ha sido la principal motivación que tuvieron los padres fundadores de la Europa unida para que su visión se haga realidad con el pasar del tiempo?, indudablemente su visión integral del hombre. El hombre visto como persona más allá de los confines del propio territorio patrio.

Todos los hombres y todas las mujeres que se dedican a la actividad política manifiestan, sea de modo directo o indirecto, una cierta visión del hombre; de acuerdo a ella programan y ejecutan su labor. Si en el ejercicio de esta actividad, no tuvieran en cuenta la visión integral del ser humano propuesto por la Doctrina Social de la Iglesia, se estarían privando de un rayo luminoso, tal vez indispensable, para combatir la oscuridad del momento presente.